PRIMER D'ESO

ETAPA DEPREDADORA
material d'ampliació

Fuego en Atapuerca

Ciervo de Atapuerca a la brasa. Fue el plato que se merendaron, hace casi 200.000 años, un grupo de humanos, probablemente de la especie "Homo heidelbergensis", que poblaban lo que ahora es la provincia de Burgos. Los restos de aquel banquete, descubiertos este mes en Atapuerca, aportan la prueba más antigua del uso de fuego en la península Ibérica. Más allá del récord, el descubrimiento ayuda a entender cómo se difundió el fuego entre las sociedades prehistóricas.

Lo que han encontrado los investigadores son restos de carbón mezclados con huesos carbonizados de ciervos y de otros animales en el yacimiento del Elefante, informó ayer Eudald Carbonell, codirector de la excavación, en entrevista telefónica. Más o menos lo mismo que podrían encontrar, dentro de 200.000 años, los arqueólogos que descubrieran los restos de una "costellada" del siglo XXI.

Quienes encendieron aquel fuego fueron probablemente los ancestros de los neandertales: los "Homo heidelbergensis". Era una especie humana mucho más robusta que la actual, en la que los adultos solían medir alrededor de 1,70 y pesar 80 o 90 kilos, aunque los más altos podían llegar casi a los dos metros y a los 120 kilos. Eran todo músculo y, según los fósiles hallados en Atapuerca, se alimentaban bien.

El ciervo de su banquete no fue la primera carne a la brasa que se hizo en Europa. Los "Homo heidelbergensis" de Schöningen y Bilzingsleben, en Alemania, ya dominaban el fuego hace casi 400.000 años y en Terra Amata, cerca de Niza (Francia), hay restos de una hoguera de hace 350.000 años. Pero en Atapuerca nunca se habían encontrado restos de fuego, pese a que se han excavado sedimentos de hace entre 250.000 y 350.000 años.

"El fuego era una de las dos piezas que nos faltaban en el rompecabezas de Atapuerca", explicó ayer Eudald Carbonell. Los distintos yacimientos de Atapuerca tienen antigüedades distintas y se solapan entre ellos, de modo que "abarcan la historia completa de la humanidad en el último millón de años. Pero era una historia incompleta porque nos faltaba el fuego". ¿Cuál es la otra pieza que falta? "Los neandertales, pero aparecerán."

Carbonell y el resto del equipo de Atapuerca también había predicho que el fuego aparecería. Es más: habían predicho que era probable encontrarlo en sedimentos de unos 200.000 años como los del Elefante. El descubrimiento "refuerza nuestra teoría sobre la difusión del fuego", declaró ayer Robert Sala, miembro del equipo de excavación.

Según esta teoría, entre la invención del fuego y su difusión a todos los grupos humanos, hubo un largo periodo durante el que sólo las sociedades más avanzadas dominaron el fuego. Igual que ocurre en la actualidad con el ordenador o hace unas décadas con la bombilla. "Había unos grupos a los que les iba mejor y otros a los que no les iba tan bien -explica Robert Sala-. Los resultados de las excavaciones rompen con la idea de que la prehistoria fue una época idílica en que los humanos vivían en comunión con la naturaleza."

                                                                                       JOSEP CORBELLALa Vanguardia - 26/07/2001


EVOLUCIÓN
El neandertal sale del cajón



Un nuevo análisis atribuye una mandíbula hallada en Sitges en 1952 a los antiguos pobladores de Europa
JOSEP CORBELLA 10/05/2005



Investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) han descubierto en Sitges una mandíbula de neandertal, probablemente de una hembra que fue depredada o carroñeada hace más de 40.000 años. Se trata de los primeros restos inequívocos de neandertal hallados en Catalunya y vienen a llenar un vacío en el estudio de la prehistoria en el nordeste de la península Ibérica, afirman los investigadores, que ayer presentaron el fósil en CosmoCaixa.

El fósil procede de la cueva del Gegant, que hoy día está situada al nivel del mar entre Sitges y Vilanova pero que en la época de los neandertales, cuando las aguas estaban más bajas, dominaba una extensa llanura. La mandíbula estaba partida en tres trozos cuando fue extraída en 1952 por mosén Santiago Casanova, paleontólogo aficionado que no la identificó como procedente de un humano y la guardó en una caja con cientos de fósiles de otras especies procedentes también de la Cova del Gegant. Casanova donó su colección de fósiles en 1998 al Arxiu Històric de Sitges, donde los arqueólogos de la UB Jordi Daura y Montserrat Sanz tuvieron la suerte de encontrar los tres fragmentos en el 2001.
 

"Nos dimos cuenta en seguida de que era una pieza excepcional", recuerda Daura. "Los tres fragmentos encajaban y nos pareció que eran de neandertal, porque era una mandíbula gruesa y robusta como la de los neandertales, mientras que nosotros tenemos los huesos más delgados".

Análisis posteriores realizados por los paleontólogos Eulàlia Subirà -de la Universitat Autònoma- y Juan Luis Arsuaga -de la Universidad Complutense y codirector de Atapuerca- confirmaron que efectivamente se trataba de un neandertal. Lo más característico es que "no tenían un mentón prominente como el nuestro", explicó ayer Arsuaga. Y lo más concluyente, añade Daura, es que se observan dos pequeños agujeros -los orificios mentonianos- a lado y lado de la mandíbula, mientras que en los Homo sapiens estos orificios están en una posición más adelantada.


Los investigadores no han podido calcular con precisión a qué edad murió el neandertal. Según resultados que se publicarán en la revista Journal of Human Evolution, le había salido ya la muela del juicio, por lo que tenía por lo menos quince años. Pero "no sabemos si era un adolescente o un adulto", explicó Arsuaga. Al preguntársele si era un hombre o una mujer, añadió que la mandíbula "es grácil", por lo que "apostaría por un individuo de sexo femenino".

Tampoco se ha podido estimar con precisión la antigüedad de la mandíbula, ya que no ha podido reconstruirse el nivel de sedimentos del que fue extraída en la cueva del Gegant. Tras analizar la geología de la cueva, los fósiles de animales y las 60 herramientas de piedra halladas en el mismo lugar que la mandíbula, los investigadores, que han trabajado con financiación de la empresa de alarmas Spitz, han concluido que tiene entre 40.000 y 128.000 años. Los restos de fauna indican que la cueva fue ocupada por lobos, hienas, leopardos y otros carnívoros en la época de los neandertales. El hecho de que la mandíbula apareciera rota, según Arsuaga, sugiere que "el neandertal pudo ser depredado o carroñeado, aunque no se observan marcas de dientes en el fósil".

Estos datos sitúan la mandíbula de Sitges como el primer fósil inequívocamente neandertal hallado en Catalunya y el primero que aparece asociado a herramientas de piedra. La mandíbula de Banyoles, descubierta en el siglo XIX y fechada en 45.000 años, parece corresponder también a un neandertal, pero no hay unanimidad entre los prehistoriadores sobre la especie a la que corresponde. Se han descubierto también dos dientes, de unos 50.000 y 200.000 años, en cuevas de Serinyà (Pla de l´Estany), pero no están asociadas a herramientas de piedra y no está claro a qué especie corresponde la más antigua, informó ayer Julià Maroto, prehistoriador de la Universitat de Girona. En la Catalunya Nord, se han descubierto también fósiles humanos en Tautavel, pero no corresponden a neandertales sino a sus ancestros, los Homo heidelbergensis.

                                                                                            Gordos con causa

Ya hace bastante tiempo, en una clase de biología humana, un profesor nos comentó que existen miedos ancestrales que después de miles de años de evolución de nuestra especie todavía sobreviven en gran parte de la población. Al parecer, el miedo a las serpientes, a las arañas, a los relámpagos, o a los espacios abiertos no son más que una herencia de nuestro pasado, cuando los homínidos vivían en los árboles y se encontraban indefensos ante estas situaciones. El miedo era un mecanismo de supervivencia necesario que ha perdurado hasta hoy, aunque las condiciones del medio han cambiado y las serpientes, las arañas o los espacios abiertos han dejado de ser amenazas reales.

La selección natural actuó durante miles de años, favoreciendo la perpetuación y trasmisión de ciertos miedos y ahora muchos de nosotros estamos genéticamente destinados a aprenderlos, de una forma prácticamente irracional. Nos encontramos ligados a unas circunstancias que ya no existen y que, sin embargo, continúan condicionando nuestras vidas. Quizás, incluso, en mayor medida de lo que podríamos pensar.

Está unánimemente aceptado, por ejemplo, que el estilo de vida actual, sedentario y con abundancia de alimento, ha motivado que el número de casos de sobrepeso esté aumentando de forma alarmante, y con él, los de diabetes de tipo 2 y de dolencias cardiovasculares, como la hipertensión o la aterosclerosis. Aparentemente, el organismo de miles de seres humanos parece no poder adaptarse a esta nueva situación de opulencia y se ve arrastrado a ganar y ganar peso, sin que se pueda hacer gran cosa para evitarlo. El por qué de esta situación se explica con una historia que tiene su origen en el mismo inicio de la humanidad.

En la evolución de lo que ahora es el “Homo sapiens sapiens” convergen múltiples factores ambientales y genéticos, que se refuerzan y se empujan unos a otros y que aparecieron en nuestro camino como una carrera de obstáculos en la que la carrera es la evolución y los obstáculos los cambios ambientales. El paso al bipedismo, el aumento del tamaño del cerebro o el omnivorismo que nos han llevado a ser la especie que somos no han sido más que adaptaciones para vencer las dificultades que nos iban saliendo al paso.

La desertización del paisaje africano en el que empezamos nuestras andaduras tiene mucho que ver en este proceso. Nuestros ancestros, originariamente herbívoros, tuvieron que desarrollar nuevas estrategias para encontrar alimento, los pequeños cerebros tuvieron que crecer para construir comportamientos cada vez más complejos, el desplazamiento a cuatro patas dejó de ser eficiente en un ambiente con escasos árboles y poco a poco se fue imponiendo un bipedismo que nos permitió desplazarnos con mayor eficiencia y recorrer distancias más largas para encontrar alimento. Los Austrolopitecos optaron por desarrollar unas fuertes dientes y mandíbulas que les permitieron explotar uno de los recursos disponibles: hojas y tallos de hierbas duras y fibrosas. Nuestros antepasados más próximos optaron por convertirse en cazadores (o carroñeros) e incorporar la carne a su dieta. Algo que a su vez les permitió disponer de las calorías necesarias para alimentar un cerebro con crecientes requerimientos energéticos, y que se adaptaba paulatinamente para desarrollar nuevas estrategias de caza, de manipulación de herramientas y de comportamientos sociales. Como un espiral vicioso, la selección natural fue modelando todos los engranajes de la evolución, y unos empujando a otros nos han convertido en seres humanos ¿tendentes a la obesidad?

Lo cierto es que la condición genética de muchos de nosotros está adaptada a una situación de escasez de alimentos que ha predominado a lo largo de toda la historia de la humanidad y que sólo empezó a cambiar cuando el hombre se convirtió en agricultor y que ahora ha acabado de virar radicalmente. James V. Neel, genetista y diabetólogo, formuló la que él llamó la teoría del “gen ahorrador”, reformulada como teoría del “genotipo ahorrador”. Según Neel, para sobrevivir a los largos períodos de hambruna, el genotipo de nuestros antepasados evolucionó para almacenar la energía de forma muy eficaz. Los individuos que eran capaces de sobrevivir en tiempos adversos eran los que tenían mayores ventajas adaptativas, los que tenían más posibilidades de llegar a edad adulta, reproducirse y transmitir sus genes a la descendencia. Sea o no cierta esta teoría, la verdad es que los mecanismos biológicos que combaten la pérdida de peso son numerosos y redundantes. Las razones pueden no ser claras, pero el cuerpo humano tiende a mantener el peso más elevado que alcanza y ante la pérdida de peso, los mecanismos biológicos para recuperarlo entran en acción con toda su fuerza.

Todo parece indicar que, una vez más, el ser humano arrastra una carga evolutiva que ha quedado fuera de contexto. Los que en otros tiempos contaban con las mayores ventajas para sobrevivir, en el mundo moderno son los que tienen mayores dificultades. Con el añadido de que no sólo ha cambiado el ambiente sino también nuestra forma de actuar en él. Conseguir comida ya no nos cuesta esfuerzo físico. Ni siquiera en las épocas pasadas de mayor abundancia nos habíamos librado, como ahora, del trabajo físico para sobrevivir.

Volver a contextualizarnos nos costaría muchísimos años más de evolución. La selección natural ya no nos atenaza como en épocas pasadas. El hombre está aprendiendo a burlar sus mecanismos a golpe de avances médicos y, en consecuencia, los procesos evolutivos se ralentizan. ¿Qué mejor entonces que transformar el ambiente artificiosamente? Parece claro que lo que nos conviene, aunque no sea lo que muchos querrían leer, es comer menos y mejor y cansarnos un poco de vez en cuando. Quizás mucho esfuerzo para el que aún no tenga en su genoma las variantes de los genes del “miedo a engordar”.

                                                                                         EVA TARRAGONA - LA VANGUARDIA 30/08/2004

 

Los primeros catalanes vivían en Terrassa
El yacimiento de Vallparadís aporta las evidencias de presencia humana más antigua de Catalunya y es de los más ricos de Europa

Las obras de construcción de una estación de tren en el parque Vallparadís de Terrassa (Vallès Occidental) han hecho aflorar las evidencias de presencia humana más antiguas de Catalunya conocidas hasta ahora. En el hallazgo, se han descubierto las herramientas que utilizaban los que tal vez fueron los primeros catalanes: utensilios para la industria lítica (herramientas de piedra) de hace un millón de años.

El conjunto del yacimiento es una nueva ventana al pasado que ofrece información muy valiosa sobre la actividad y el ecosistema en el que vivían los primeros humanos de la Península, y se sitúa entre los más antiguos y ricos de Europa. También se han encontrado abundantes fósiles animales y, en menor medida, vegetales que ayudarán a reconstruir el hábitat de los humanos que vivieron durante el pleistoceno inferior, un periodo que abarca desde hace 1,8 millones de años hasta los 0,8. Entre los restos de fauna se encuentran hipopótamos, rinocerontes, felinos con diente de sable o jabalíes.

"Es un yacimiento extraordinario, su riqueza en cuanto a fauna e industria es fantástica y enorme", explica el paleontólogo Salvador Moyà, asesor en las excavaciones. El yacimiento cuenta con ocho metros de potencia sedimentaria y una superficie total de 6.000m2.Para hacer frente a tal volumen de trabajo se ha creado un grupo de 60 expertos formado por paleontólogos que están excavando el yacimiento desde agosto.

En apenas cuatro meses ya se han obtenido unos 11.000 registros, de los que unos 8.000 son herramientas de piedra y 3.000, fósiles animales. Para comprender la importancia del yacimiento, Joan García, codirector de las excavaciones, recuerda que el nivel TD-6 de Atapuerca ha proporcionado por el momento unos 500 objetos de industria lítica. "Aunque allí aún queda mucho por excavar", matiza.

Lo que no se ha descubierto aún en Vallparadís son restos humanos. Según el arqueólogo Eudald Carbonell, quien también asesora el trabajo, si se encontrasen se trataría de los fósiles de homínido más antiguos de Europa (los de Dmanisi, en Georgia, datan de hace 1,8 millones de años y se encuentran en la frontera de Asia con Europa). En la actualidad, los restos más antiguos de nuestro continente son los del Homo antecessor hallados en Atapuerca, a los que se les atribuye una antigüedad de 800.000 años.

Los responsables de la excavación creen que es posible que haya fósiles humanos en Vallparadís. Si se han encontrado herramientas, quizás se podrían descubrir restos de aquéllos que las fabricaron. Además, según explica Joan García, en uno de los niveles del yacimiento hay coprolitos (excrementos fósiles) de hiena, lo que significaría que los humanos de Vallparadís competían con estos animales por el alimento y algún homínido podría haber muerto allí como consecuencia de una lucha con las hienas, "aunque todo depende del azar". Lo que se desconoce es de qué tipo de homínido se trataría, "si un Homo antecessor, un Homo erectus o tal vez una especie nueva", opina Carbonell. Sin embargo, todos los investigadores coinciden en que, aunque no se encuentren restos humanos, sólo por la enorme riqueza en fauna e industria ya se trata de un yacimiento enormemente importante.

García recalca que el hecho de que se hayan descubierto evidencias de presencia humana aporta luz al debate de cuándo el género homo comenzó a poblar Europa. "Se trata de herramientas muy arcaicas, conocidas como Modo 1, y similares a las encontradas en algunos yacimientos africanos de hace 2,7 millones de años, como el de Olduvai en Tanzania o el de Svartkrans en Sudáfrica". Esto significaría que los primeros grupos humanos procedentes de África llegaron al sur de Europa como mínimo hace alrededor de un millón de años, la edad que se le atribuye al yacimiento, y no hace 500.000 años, como defendían algunos. Su presencia en la zona era estable y para entonces ya habían socializado el territorio. En España sólo hay otros dos yacimientos de este periodo e importancia, el de Atapuerca y el de Fuente Nueva 3 y Barranco León 5 en Granada, y en el resto de Europa apenas se llega a la media docena. "Vallparadís se integra en el contexto del resto de yacimientos europeos del pleistoceno inferior y ayudará a comprender de manera global las primeras ocupaciones humanas de Europa", explica García.

                                                                                     MAITE GUTIÉRREZ    LA VANGUARDIA - 21/12/2005
                                                                                       Servicio especial. TERRASSA

Un mundo peligroso
LA VANGUARDIA - 21/12/2005

La vida en el Vallparadís de hace un millón de años era peligrosa. Los humanos que vivían en la zona no conocían la caza y debían competir con otros carnívoros para carroñear el alimento. Su principal competidor era la hiena. Para cortar la piel y la carne que conseguían utilizaban pequeñas herramientas de cuarzo, lidita o sílex que encontraban en la zona. La lucha por obtener recursos ocupaba casi todo su tiempo. A su alrededor paseaban leones, felinos con dientes de sable o antepasados del lobo. Aún no habían domesticado el fuego. Por suerte no pasaban demasiado frío, vivían en un clima parecido al mediterráneo actual, pero algo más cálido y húmedo, con pequeños bosques de chopos, fresnos y robles. Las variaciones entre estaciones eran muy tenues. Los hipopótamos y rinocerontes convivían con macacos, ciervos gigantes o bisontes, y las llanuras estaban salpicadas de pantanos llenos de juncos. El yacimiento de Cal Guardiola, que se descubrió en 1997 y se encuentra en la misma zona, ya dio cuenta de la riqueza fósil que había en Vallparadís. Se consiguieron miles de restos de fauna y flora, pero no aparecieron herramientas humanas.

 

Hallan en Terrassa herramientas y fósiles de animales de 900.000 años de antigüedad
Es el yacimiento más antiguo de Catalunya y equiparable en edad e importancia a los yacimientos de Atapuerca y Orce



Terrassa. (Europa Press).- Un equipo de arqueólogos y paleontólogos han descubierto en Terrassa (Barcelona) herramientas de piedra y fósiles de animales descuartizados con una antigüedad de entre 700.000 y 900.000 años. El director de la excavación, Kenneth Martín, explicó que este yacimiento es "el más antiguo de Catalunya" y equiparable en edad e importancia a los yacimientos de Atapuerca y Orce en España.

De esta forma, Vallparadís se convierte en uno de los pocos yacimientos de Europa -sólo hay cuatro más- en los que se documenta el primer poblamiento de Europa por parte de los humanos venidos desde frica. En concreto, los arqueólogos han hallado herramientas de piedra "muy sencillas" con las que "los primeros humanos que poblaron Europa descuartizaban a los animales" junto a la riera de Vallparadís.

Sin embargo, hasta el momento no se han encontrado restos humanos, aunque "todavía hemos de seguir trabajando", pero sí los instrumentos que "nos permiten investigar sus actividades". Las herramientas han sido halladas junto a fósiles de hipopótamos, rinocerontes, elefantes, panteras, hienas y caballos, en los que "hemos encontrado cortes" causados por las citadas herramientas, según este arqueólogo.

El hallazgo se produjo el pasado mes de agosto a raíz de las obras para la construcción de la futura estación de los Ferrocarriles de la Generalitat de Vallparadís, en Terrassa (Barcelona).

El equipo de arqueólogos está dirigido por Kenneth Martínez y Joan García del equipo de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona del profesor Eudald Carbonell y el de paleontólogos dirigidos por David Alba y Josep Aurell del equipo de Salvador Moy.

                                                                                                                   La Vanguardia  20/12/2005

 

LLUÍS AMIGUET ENTREVISTA A DEREK BICKERTON, INVESTIGADOR DEL ORIGEN DEL LENGUAJE HUMANO


O aprendían a hablar o nada de hembras

LA VANGUARDIA - 19/08/2002
Tengo 76 años, me siento más creativo que nunca y creo que publico más y mejor cada vez. Nací en Chester, Inglaterra, pero investigo en EE.UU. Llevo casado 50 años con mi esposa: tres hijos. He dedicado mi vida a buscar los orígenes del lenguaje humano como lingüista y ahora en equipo con biólogos evolucionistas. Somos hijos del fracaso

 

Si nuestro material genético apenas se diferencia del de un chimpancé, ¿por qué el abismo intelectual entre ellos y nosotros?

-¿Por la evolución?

-Hummmm. Darwin explica que la evolución avanza a pasitos: lenta y regularmente. Y así es: nosotros estamos siete millones de años evolucionando a pasitos, pero de repente, en los últimos 100.000 años, conseguimos una enorme explosión de progreso y tecnología que nos da el dominio sobre el planeta.

-¿Por qué de repente?

-Porque ahí aparece el lenguaje.

-Pero ¿por qué en ese momento?

-...Y, sobre todo, ¿por qué de golpe? Si hubiésemos evolucionado con el pasito a pasito darwiniano, los fósiles nos dirían que teníamos ya la mitad de capacidad para el lenguaje hace 3,5 millones de años en la mitad de nuestra historia de siete. Y no es así.

-¿Qué pasó?

-De entrada, el lenguaje no surge ex novo. Los científicos estamos de acuerdo en que antes del lenguaje humano tuvimos un protolenguaje, el mismo que hoy podemos enseñar a un mono o a un loro.

-¿A un loro?

-Sí, los loros no sólo repiten, también hablan. Irene Pepperbeig ha enseñado a su loro "Alix" a hablar ese protolenguaje. De hecho, cualquier animal que tenga una relación cuerpo-cerebro suficiente lo habla.

-¿Hablan? ¿De verdad?

-Usted le enseña a un mono una banana y luego la palabra banana. Le costará tres o cuatro mil repeticiones, pero el mono lo aprende. Luego dirá la palabra sin que él vea la banana y él le pedirá una. Pero lo bonito es que el chimpancé aprenderá la segunda palabra con 2.000 repeticiones y la tercera con 1.000 y al final con muy pocas repeticiones...

-El monito tendrá un vocabulario.

-¡Más que eso! Podrá unir conceptos. Como hacía el loro "Alix": "‘Alix’, pipas"... "¡Alix" quiere pipas! ¡"Charlie", bananas! ¡El chimpancé "Charlie" quiere bananas!

-Con eso ya se pueden ganar la vida.

-¡Y más! En seguida los chimpancés del laboratorio empiezan a pedir: "Hazme cosquillas". Y para juntar las palabras no se les entrena. De algún modo saben hacerlo, tienen esa estructura innata de protolenguaje.

-Como nosotros.

-Sí, pero eso aún no explica cómo llegamos a poder hablar como hoy.

-¿Un terremoto? ¿un ovni?

-No, no. Nuestro cerebro creció por diferentes causas, algunos sostienen que por algo tan sencillo como para irradiar calor...Yo creo que por una combinación de factores, pero tener un cerebro más grande no explica aún el nacimiento del lenguaje. Y, cuidado, tener un cerebro más grande tampoco significa automáticamente ser un animal más listo.

-Eso está claro hoy también.

-Además de millones de neuronas, necesitabas conectividad. La inteligencia es conectividad. Y para superar el protolenguaje y llegar al de hoy necesitábamos velocidad de cálculo. Hay que ser capaz de analizar en milisegundos conceptos y enviarlos en el orden exacto a los órganos motores del habla.

-¿Y cómo aprendimos?

-Somos hijos de la necesidad y el lenguaje también. En los árboles teníamos alimento de forma más inmediata, pero en la sabana había que correr y no teníamos tiempo evolutivo para transformarnos en veloces depredadores. Así que aprendimos a lanzar pedruscos y palos para cazar el conejo o disuadir a la fiera.

-¿Y qué?

-Para aprender a lanzar un objeto necesitas un dificilísimo cálculo mental que no tiene ningún otro animal sobre el planeta. La trayectoria de tu brazo, el momento en que debes detenerlo, el impulso... Ese desarrollo cerebral sirvió también para que pudiéramos empezar a hablar de verdad.

-Pero ¿para qué queríamos hablar?

-Por lo que los paleoantropólogos denominan "altruismo recíproco".

-Usted dirá...

-Por ejemplo, hoy en una manada de elefantes, el 85 por ciento de los coitos los monopoliza el macho alfa: el supermacho. Algo parecido sucede en muchos primates.

-Estupendo para él. ¿Y...?

-Nuestros antepasados elaboraron estrategias de alianza y cooperación para superar al supermacho. Esas estrategias requerían lenguaje abstracto. O aprendían a hablar o nada de hembras.

-Por ejemplo...

-"Tú vigilas que no llegue el jefe y hoy me toca a mí con las hembras". Y el otro necesitaba contestar: "Pues ayer ya fuiste tú, hoy me toca a mí". De forma que se desarrollaba el primer grado de abstracción lingüística: los tiempos. Tenía que haber un ayer, un hoy y un mañana en el lenguaje. Y sujetos distintos y eso era ya pensar de dentro afuera.

-Lo comprendo perfectamente.

-¡Dejamos de vivir siempre en el presente como los demás animales! Ya no éramos como "Alix" y su "yo, pipas".

-¿Y de ahí a la teoría de la relatividad?

-Una vez iniciado el primer grado de abstracción, las alianzas contra el supermacho dieron origen a organizaciones sociales complejas... La tecnología más poderosa es el modo en que nos organizamos los humanos.

-Y también la más peligrosa.

-Sí, pero al tener lenguaje, primero limitado y en pequeños grupos y luego más y más complejo, desatascamos la máquina evolutiva. Al poder crear símbolos y abstracciones, incluso arte y representaciones, conseguimos la revolución simbólica y tecnológica que desembocaría en lo que hoy somos.

 

Los científicos hallan el origen del arte


Descubiertas en Alemania tres esculturas de más de 30.000 años de antigüedad
El hallazgo de esculturas similares en yacimientos próximos indica que unos grupos enseñaron a otros el arte de tallarlas. Su descubridor cree que fueron utilizadas por chamanes en ceremonias rituales.
JOSEP CORBELLA  LA VANGUARDIA 18/12/2003

Tres pequeñas esculturas de hace más de 30.000 años talladas en cuerno de mamut aportan la prueba más antigua de arte figurativo, afirma su descubridor, el arqueólogo Nicholas Conard. Estas primeras obras de arte, según el investigador, fueron empleadas probablemente por chamanes en ceremonias rituales.

Las esculturas –un ave acuática, una cabeza de lo que parece ser un caballo y una criatura mitad humana y mitad felina– se han encontrado en la cueva Hohle Fels, a 20 kilómetros de Ulm, en el sudoeste de Alemania. El caballo tiene una antigüedad de entre 30.000 y 31.000 años y las otras dos piezas, de 31.000 a 33.000. “En ningún otro lugar del mundo se ha hallado arte figurativo de esta antigüedad”, ha declarado Nicholas Conard, de la Universidad de Tübingen (Alemania), en entrevista telefónica.

se ha hallado arte no figurativo, como figuras geométricas talladas en huesos de elefantes prehistóricos de hace 450.000 años. Y esculturas de forma ambigua que algunos investigadores consideran figurativas y otros no, como una Venus de hace 230.000 años hallada en Palestina. Por el contrario, las piezas de Hohle Fels son una prueba inequívoca, la más antigua por ahora, de arte figurativo.

Aunque no se han encontrado fósiles humanos junto a las esculturas, los científicos creen que fueron obra de individuos de nuestra especie, “Homo sapiens”, y no de neandertales que también poblaban Europa en aquella época. La razón es que las piezas fueron esculpidas con lo que los arqueólogos llaman tecnología auriña-ciense, que en otros yacimientos se ha encontrado asociada a restos de “Homo sapiens”, pero nunca a restos de neandertales.

Han aparecido otras quince tallas de antigüedad similar en otros tres yacimientos próximos a Hohle Fels, informa el arqueólogo. Esto demuestra, por un lado, que unos grupos enseñaron a otros la técnica para tallar las esculturas. Por otro lado, indica que las piezas cumplieron una misma función en grupos distintos –ya que, de otro modo, no se hubieran tomado la molestia de tallarlas–. “Creemos que aquella gente vivía en grupos de quince o veinte personas y que se encontraban ocasionalmente con otros grupos con los que tenían lazos familiares”, aclara Eudald Carbonell, arqueólogo de la Universitat Rovira i Virgili y codirector de las excavaciones de Atapuerca. “Es como si usted va a visitar un primo suyo que vive en otra ciudad –añade Conard–. Si sabe algo nuevo, se lo contará y le enseñará a hacerlo.”

En cuanto a la función que cumplían las esculturas, “no podemos saberlo con certeza, pero la hipótesis más plausible es que fueran empleadas por chamanes”, según Conard. Otros investigadores han propuesto que las representaciones de animales se utilizaban como amuletos para la caza, lo cual es plausible en algunos casos, como los bisontes de Altamira, pero no en otros como el hombre-león de Hohle Fels.

También se ha propuesto que las culturas del paleolítico representaban a animales poderosos y agresivos a los que admiraban, lo cual cuadraría con el hombre-león, pero no con el ave acuática, señala Conard. Por el contrario, “el ave puede volar como cuando uno está en trance y tiene la impresión de salir de su cuerpo y puede hundirse bajo el agua como un chamán que entra en el mundo de los espíritus”, observa Conard. Este uso de tallas de pájaros, añade, se ha observado en culturas chamánicas de Siberia.

 

Para ser humanos no basta con ser inteligentes


Entrevista de IVET BATET a Isabel Boj Cullell
Autora del libro "Retorn a la prehistòria", que se presenta el martes en Barcelona
La Vanguardia 25/03/2001

Ahí va la primera pregunta que usted plantea siempre a sus alumnos: ¿para qué nos sirve conocer la prehistoria?

-Para conocernos mejor a nosotros mismos: saber cómo hemos interactuado con el entorno, cómo se inventó la tecnología o por qué somos como somos físicamente.

-Déme un ejemplo.

-Las mujeres tienen dificultades en el parto porque somos bípedos y se cierra la pelvis.

-Y que Eva se comiera la manzana...

-No tiene nada que ver.

-¿Qué le parecen explicaciones como esta?

-Los humanos siempre hemos buscado respuestas a través de la fe. Las creencias tienen su origen en la prehistoria.

-¿Se conoce poco la prehistoria?

-No tan poco como antes. Lo que pasa es que es un periodo remoto sobre el que sólo tenemos piedras, huesos y cenizas.

-¿Qué es Schola. Didàctica Activa?

-Una empresa de divulgación de la prehistoria y la historia dirigida a las escuelas que creé hace diez años. Tenía claro que quería dedicarme a enseñar y no a investigar.

-¿De ahí viene el libro?

-Es una versión didáctica de la prehistoria, el resultado de diez años de explicarla.

-¿Qué aspectos le interesan más?

-La cuestión de las inmigraciones. Leyendo el libro descubrirá que todos venimos de fuera, nadie es de aquí. Somos una mezcla de mucha gente y esto nunca nos ha perjudicado, nos hace mejores.

-¿Qué supuso el descubrimiento del fuego?

-Fue el primer paso hacia la calidad de vida. Podría ser comparable a lo que significó el Seiscientos en los años sesenta, una revolución técnica. Con el fuego el hombre alargó las horas de luz, desarrolló el habla...

-¿Qué tienen que ver el habla y el fuego?

-Estar alrededor del fuego por la noche probablemente favoreció el lenguaje.

-Películas como "En busca del fuego", ¿reflejan fielmente la realidad?

-Refleja una época en que el fuego sólo estaba al alcance de unos pocos y todos se peleaban por conseguirlo. Podría haber sucedido así. Es una película que está muy bien pero que ha pasado de moda, lo mismo sucederá con mi libro dentro de unos años.

-¿En qué sentido?

-La película pinta a los neandertales mucho más "animales" de lo que fueron. Creían peyorativamente que eran una especie más primitiva. Pero se ha descubierto que hubieran sido tan humanos o más que los sapiens.

-¿Por qué se extinguieron?

-Desaparecieron con la llegada a Europa de los sapiens, que somos nosotros que venimos de África. Hay varias hipótesis.

-Cuénteme una.

-Que los sapiens les contagiáramos algo que no consiguieran solucionar, quizá eran más débiles inmunológicamente.

-¿Hay tópicos falsos sobre la prehistoria?

-Sí. Se cree que los primitivos vivían en cuevas, pero también había cabañas. O que las mujeres se quedaran a barrer la cueva mientras los hombres salían a cazar. (...)

-¿Qué significa ser humano?

-No basta con ser inteligentes, se trata de utilizar esta inteligencia de forma positiva. Todavía hay guerras y hambre en el mundo.

                                                                         (el concepto de propiedad)

                 En diferents epoques i/o llocs la Terra s'ha considerat de diferents maneres. Alguns dels seus elements han tingut, per exemple, significat religiós o fins i tot magic, d'acord amb la cultura propia del poble en aquell lloc i epoca. Els contrastos culturals en les actituds envers la natura, la propietat de la Terra i el seu valor queden ben il lustrats en el conflicte entre els aborígens i les companyies mineres internacionals a Australia. Les companyies mineres volen explotar-hi les riques reserves de bauxita i urani i veuen aquesta vasta area com una font de riquesa i de recursos que cal extreure i utilitzar. Els aborigens consideren la natura com una cosa viva de la qual ells formen part i com un magatzem renovable amb el qual ells han de viure en equilibri. Per a ells l'explotació minera és danyar la natura i destruir la seva terra i el seu paisatge, cada característica del qual està relacionada amb els seus orígens com a poble i molts trets del qual tenen significats religiosos eterns.

BRADFORD, M.; KENT, A., Understanding Human Geography, 1994

 Resumiu les dues visions contraposades sobre l'ús de la natura que apareixen en el text.

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